La Cara Oculta de las Emociones en el Espectro Autista
- Neuropsicología
- 16 ene
- 2 Min. de lectura

Cuando se habla del espectro autista, a menudo se menciona la “falta de empatía” o la “poca expresión emocional”. Como alguien que se siente incluido en el espectro, puedo decir que estas ideas son simplificaciones que no hacen justicia a lo que realmente vivimos. Lo cierto es que muchos de nosotros sentimos las emociones con una intensidad que puede ser abrumadora, aunque no siempre sepamos cómo expresarlas.
El Mito de la Frialdad Emocional
Es común que quienes nos rodean malinterpreten nuestra forma de procesar emociones. A veces, nuestra expresión externa no coincide con lo que sentimos internamente. Pueden decir cosas como:
• “No parece que te importe.”
• “No se nota que estés feliz o triste.”
Pero la realidad es muy diferente. Muchas personas en el espectro, incluidos muchos de nosotros, vivimos algo que podríamos llamar hiperempatía: una sensibilidad extrema hacia los sentimientos y estados emocionales de los demás.
Por ejemplo: Podemos sentirnos profundamente afectados al ver a alguien llorar o enfrentarse a una situación difícil, pero no siempre sabemos cómo mostrar esa empatía de manera que los demás la perciban.
Sentimos Mucho, Mostramos Poco
Una de las cosas más difíciles de explicar es esta desconexión entre lo que sentimos y lo que expresamos. Nuestras emociones pueden ser tan intensas que a veces necesitamos cerrarnos o alejarnos para procesarlas. Esto lleva a que otros piensen que no sentimos nada, cuando en realidad estamos lidiando con un torbellino interno.
Así lo vivimos muchos de nosotros:
1. Sobrecarga emocional: Sentimos tanto que nos abruma, y necesitamos tiempo y espacio para procesarlo.
2. Procesamiento diferido: Las emociones no siempre surgen de inmediato. Podemos reaccionar horas o días después de un evento que nos afectó profundamente.
3. Regulación complicada: No siempre tenemos las herramientas para manejar esa intensidad, lo que puede llevar a explosiones emocionales o a un “apagón” (shutdown).
Cuando la Hiperempatía Nos Desborda
Es importante hablar de la hiperempatía, porque también es parte de lo que somos. Podemos sentir las emociones ajenas con tanta fuerza que, en algunos casos, llegamos a absorberlas como si fueran nuestras. Esto puede ser agotador, especialmente en entornos donde hay conflicto o tristeza.
A veces, simplemente no sabemos cómo manejar tantas emociones. ¿Cómo podríamos explicar lo que sentimos cuando ni siquiera nosotros lo entendemos del todo?
¿Qué Podemos Hacer para Romper los Estigmas?
1. Reconocer nuestra complejidad: No somos “fríos” ni “indiferentes”, simplemente procesamos las emociones de forma diferente.
2. Buscar apoyo y herramientas: Terapias o estrategias como mindfulness o ejercicios de regulación emocional pueden ayudarnos a manejar la intensidad de lo que sentimos.
3. Hablar abiertamente: La comunicación honesta sobre cómo vivimos las emociones puede ayudar a los demás a entendernos mejor.
Conclusión
Las emociones en el espectro autista son profundas, complejas y, a veces, incomprendidas. Nosotros, que vivimos esta realidad, sabemos que sentir mucho no siempre significa poder expresarlo de manera visible. Sin embargo, esto no nos hace menos humanos ni menos capaces de conectar con los demás.
📌 Guarda este artículo para reflexionar o compartirlo con alguien que necesite entender más sobre cómo vivimos nuestras emociones.
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