Sobrediagnóstico y Subdiagnóstico en el TDAH: El Equilibrio Entre el Apoyo y la Precaución
- Neuropsicología
- 20 sept 2024
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 23 sept 2024

En el contexto de la neurodivergencia, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) ha sido uno de los diagnósticos más debatidos en las últimas décadas. A medida que más niños y adultos reciben esta etiqueta, también ha crecido la preocupación sobre dos fenómenos opuestos: el sobrediagnóstico y el subdiagnóstico. Mientras algunos neurodivergentes reciben un diagnóstico sin una evaluación sólida, otros viven sin ser diagnosticados y, por tanto, sin recibir el apoyo que necesitan.
Sobrediagnóstico: Diagnósticos Precipitados sin Evaluaciones Rigurosas
El sobrediagnóstico del TDAH se ha vuelto una preocupación importante, especialmente cuando un neurodivergente es etiquetado sin pasar por un proceso de evaluación exhaustivo. Con frecuencia, el diagnóstico se basa únicamente en observaciones superficiales o en la presión por parte de instituciones educativas, que buscan una solución rápida para los comportamientos que consideran disruptivos. Este enfoque no solo puede ser perjudicial, sino que también desvirtúa las verdaderas necesidades del individuo.
¿Por qué ocurre?
Falta de evaluaciones integrales: Un diagnóstico de TDAH debe basarse en una evaluación multidimensional, que incluya entrevistas con padres, maestros, pruebas psicológicas y un análisis profundo del entorno del niño. Sin embargo, en muchos casos, los médicos o profesionales de la salud emiten un diagnóstico basado solo en cuestionarios breves o en una consulta rápida. Esto no tiene en cuenta otros factores que podrían influir en el comportamiento.
Presión educativa y social: Muchos padres y maestros buscan respuestas rápidas a comportamientos que perciben como problemáticos, como la distracción o la inquietud. En lugar de explorar opciones alternativas, el diagnóstico de TDAH a menudo se presenta como una "solución" rápida, lo que puede llevar a que niños reciban tratamientos farmacológicos sin antes haber intentado intervenciones más adaptadas a sus necesidades.
Comercialización de tratamientos: El fácil acceso a tratamientos farmacológicos ha creado un entorno donde la medicación para el TDAH es común. En algunos casos, se promueve la medicación como una solución inmediata, sin tomar en cuenta estrategias no médicas que podrían ser igual o más efectivas.
Subdiagnóstico: Cuando el TDAH Pasa Desapercibido
En el otro extremo, el subdiagnóstico es igualmente problemático. Muchos niños y adultos con TDAH pasan años sin recibir un diagnóstico adecuado, lo que impacta negativamente su rendimiento académico, profesional y su bienestar emocional. Esto es particularmente frecuente en aquellos cuya presentación del TDAH no incluye la hiperactividad física evidente, o en quienes han desarrollado estrategias de compensación que enmascaran sus dificultades.
¿Por qué sucede?
Síntomas menos visibles: No todos los neurodivergentes con TDAH son hiperactivos. En muchos casos, la falta de atención o la impulsividad pueden presentarse de maneras más sutiles, como la dificultad para concentrarse o completar tareas, que no siempre son vistas como un signo de TDAH. Estas personas suelen ser etiquetadas como "soñadoras" o "perezosas", cuando en realidad enfrentan desafíos neurocognitivos significativos.
Sesgos de género: Las niñas con TDAH son diagnosticadas con menos frecuencia que los niños, principalmente porque tienden a manifestar sus síntomas de manera diferente. Mientras que los niños con TDAH suelen ser más hiperactivos o impulsivos, las niñas a menudo presentan problemas de atención, lo que puede pasar desapercibido o malinterpretarse como desinterés o ansiedad.
Falta de acceso a servicios especializados: En algunos casos, el subdiagnóstico se debe a la falta de acceso a profesionales de salud mental o a evaluaciones clínicas completas. Esto es especialmente cierto en familias de bajos recursos o en zonas con escasos servicios de salud, lo que puede retrasar el diagnóstico y el tratamiento adecuado durante años.
Consecuencias del Diagnóstico Erróneo
Tanto el sobrediagnóstico como el subdiagnóstico tienen un impacto profundo en los neurodivergentes. Aquellos que son sobrediagnosticados y tratados innecesariamente pueden experimentar efectos secundarios indeseados de la medicación, además de enfrentar un estigma social asociado al TDAH que no refleja su verdadera situación. Por otro lado, los neurodivergentes que no son diagnosticados enfrentan desafíos diarios en la escuela, el trabajo o sus relaciones, sin tener el apoyo adecuado para gestionar su condición.
Sobrediagnóstico: Efectos negativos
Intervenciones innecesarias: Los neurodivergentes que reciben tratamientos para el TDAH sin necesitarlos pueden verse sometidos a medicamentos que alteran su comportamiento sin una causa justificada, lo que puede afectar su autoestima y salud mental.
Etiquetado incorrecto: Un diagnóstico erróneo puede llevar a que un niño se perciba a sí mismo como "problemático" o "defectuoso", lo que puede afectar negativamente su desarrollo emocional y social.
Subdiagnóstico: Consecuencias a largo plazo
Falta de apoyo: Los neurodivergentes que no reciben un diagnóstico adecuado no acceden a las herramientas y adaptaciones necesarias para tener éxito en la escuela o en el trabajo, lo que puede llevar a frustración, fracaso académico y baja autoestima.
Desarrollo de estrategias de compensación poco saludables: Al no entender las razones detrás de sus dificultades, muchos neurodivergentes desarrollan formas ineficaces de lidiar con sus desafíos, como procrastinar o evitar tareas complejas.
Mejorando el Proceso de Diagnóstico
Para evitar tanto el sobrediagnóstico como el subdiagnóstico en el TDAH, es fundamental que los profesionales de la salud adopten un enfoque más riguroso y matizado al evaluar a los neurodivergentes. Aquí hay algunas recomendaciones clave para mejorar el proceso de diagnóstico:
Evaluaciones multidimensionales: Es esencial que el diagnóstico de TDAH se base en una evaluación que tome en cuenta múltiples fuentes de información, como entrevistas con los padres, maestros, pruebas psicológicas y observaciones clínicas en diferentes contextos.
Consideración de otros factores: Antes de emitir un diagnóstico, los profesionales deben considerar otras posibles causas para los comportamientos observados, como ansiedad, estrés, dificultades sensoriales o problemas de aprendizaje.
Formación para padres y maestros: Tanto los padres como los educadores necesitan una mayor comprensión sobre cómo se manifiesta el TDAH y otros tipos de neurodivergencia. Esto puede ayudar a evitar diagnósticos apresurados y asegurar que los niños reciban el apoyo que realmente necesitan.
Conclusión
El TDAH es una condición neurodivergente real que afecta a muchas personas, pero diagnosticarlo de manera adecuada requiere tiempo, observación cuidadosa y un enfoque centrado en el individuo. En una sociedad que busca soluciones rápidas, debemos recordar que detrás de cada diagnóstico hay un ser humano con su propia historia. Tanto el sobrediagnóstico como el subdiagnóstico privan a los neurodivergentes del apoyo que realmente necesitan para prosperar, por lo que es vital garantizar evaluaciones más rigurosas y un enfoque más inclusivo que respete la diversidad neurológica.
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